LEE. Martín Eduardo Licón Vargas
Estudiante de la maestría en Pedagogía
El
personalismo definida por García como “la
atención a las características individuales de cada educando y la
profundización de los estímulos educativos hasta que lleguen a formar en el
sujeto los hábitos fundamentales de la persona humana, que se manifiesta en el
obrar consciente, libre y responsable”
Esta
corriente dentro del ámbito educativo ha buscado centrarse en el individuo para
formarlo íntegramente en todos los aspectos que lo conforman, pero para lograr
este acto es trascendente la figura del docente pues tiene un papel fundamental
dentro de la aplicación del personalismo. Víctor García (1993) menciona que el
docente debe ser optimista al considerar al alumno con sus propios valores,
percepciones, conceptos y necesidades, pues este debe tener una relación
personal y dialogante que permita el desenvolvimiento libre del educando, en un
ambiente de reflexión donde el alumno pueda decir,
pensar, sentir y hacer pero que exige al docente un compromiso y apertura a
las necesidades del individuo.
Por
otra parte Don Bosco (2012) plantea que
el docente debe desarrollar el personalismo o su sistema preventivo en la asistencia con una presencia cercana,
constante, accesible y propositiva por parte del educador pues esta no debe
pesar en el alumno sino en el docente porque cansa, es visto como una padre,
maestro y amigo capaz de generar ambientes educativos sanos. El profesor debe
centrarse siempre en sus estudiantes y convencerse de que todo joven puede
lograr lo que se proponga y encaminarse hacia el desarrollo de sus
potencialidades. Una de las claves de la buena aceptación del personalismos
salesiano entre los jóvenes es que el asistente supone una amorosa vigilancia que hace que el individuo se sienta amado y ame.
Como
se observó para el personalismo el docente debe desarrollar ciertas habilidades
que le permitan poner en práctica esta propuesta, además que exige dar un poco
más en el acto educativo, pero que da resultados que favorecen la educación
integral del individuo, corresponde generar ambientes de libertad y reflexión
entendidos en la razón donde se prevenga que el joven cometa errores y que sus
características positivas se desarrollen y estas se potencialicen. Esta es una
propuesta que puede responder a diversas problemáticas que enfrentan los
alumnos pues como lo menciono Don Bosco será
el docente un padre amoroso que guía y aconseja.
Referencias
Bosco, S. J. (2012). El sistema
preventivo en la educación de la juventud. Alcalá: CCS.
Hoz, V. G. (1993). Sobre los variados
reflejos de la educación personalizada. Cuadernos de pensamiento 8, 9-15.