Autor. Lic. Jesus Fabian Cano Gonzalez
Estudiante de Maestría en Pedagogía
Hablar
de multiculturalidad es exponer muchos problemas que están presentes en las
sociedades y que están más allá del sistema educativo. Primero se debe
reconocer que se vive en un mundo que no es homogéneo ni igualitario;
resaltando que existe una gran diversidad de culturas diferentes y que cada una
tiene sus características muy particulares, algunas más reconocidas y con más
poder e influencia que otras. Es difícil querer imponer una sola cultura por lo
cual se crean estrategias de convivencia para el sano desarrollo y convivencia
entre las personas de una sociedad.
Existen
factores que se encuentran muy arraigados en las sociedades que no nos permiten
llevar esta pretenciosa idea de multiculturalidad y de respeto como son:
·
El racismo
·
La posición social
·
El nivel económico
·
La religión
·
Las creencias políticas
Entre
algunas otras estas son las principales desigualdades sociales que no permiten
la homogeneidad en las sociedades pasadas y las actuales, que están y tal vez
seguirán arraigadas para siempre.
En
la actualidad cada día cobran mayor fuerza los programas de educación
antidiscriminación. No se trata de focalizar la atención solo en dimensiones de
raza y etnia, sino en todas aquellas dimensiones por las cuales ciertos grupos humanos son objeto de discriminación,
cuando no de amenazas y agresiones físicas. Si existen colectivos sociales
que por razón de género, clase social, edad, sexualidad,
minusvalías físicas o psíquicas viven situaciones de desventaja, también
desde el sistema educativo se puede colaborar en un frente para eliminar tales
discriminaciones.
Dichas estrategias son implementadas en
primera instancia en las escuelas, ya que son los sitios de choque de los
futuros miembros de la sociedad y donde es más fácil impactar
en la mentalidad, capacidades y actitudes de las personas y enseñar a respetar las creencias
políticas culturales, religiosa y costumbres, logrando así una sociedad más
“tolerante” a futuro.
Conviene,
no obstante, llamar la atención sobre uno de los peligros que acechan a las
propuestas antidiscriminación: la tendencia de las
ideologías neoliberales de reducir a las personas al rol de
consumidores, individualizándolos de tal manera que les impidan
establecer lazos con posibilidades de hacer frente a problemas comunes.
Estamos ante un modelo político y de consumo que logra que las
personas se desagrupen en cuanto miembros de una colectividad.
Estos
son problemas que tal vez jamás se separen de nuestras sociedades, esto solo
será posible si cada uno de los agentes sociales aprenda a ser tolerante.
Excelente artículo, felicidades Mtra.
ResponderBorrarrealmente coincido con usted la multiculturalidad tiene un sin sentido por las cosas y se va perdiendo el valor real de lo que es social mente bueno y se traspasa la desvalorización de todo. por lo que queda poner de nuestra parte para que todo sea mas humano y se conciente la sociedad a tener tolerancia pero con valores. muchas felicidades por su reflexión.
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